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Colectividades con autonomía: regiones y comunas de Chile

Por: Jorge Martínez, Director Ejecutivo Fundación P!ensa | Publicado: Lunes 1 de septiembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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En algunos cafés de Sanhattan ignoran y ningunean el proceso descentralizador y desconcentrador que vive nuestro país. En base a editoriales de los periódicos de la élite en el poder, están convencidos que sólo es populismo para tranquilizar a los provincianos. ¿Transferir poder real? Jamás. Al contrario, ya tienen planificado el crecimiento de Santiago a 8,5 millones de habitantes. Caro materialmente, barato electoralmente.

Les notificamos a nuestros conciudadanos metropolitanos, que están muy desinformados. Los ciudadanos provincianos estamos de acuerdo en un cambio radical en la distribución del poder en Chile. De izquierdas y derechas, creyentes y agnósticos, empresarios y trabajadores. Los líderes de las regiones estamos en la misma sintonía, tenemos poder y lo ejerceremos.

Partiremos con la elección de nuestro Presidente de la Región, electo por nosotros. No más Intendentes designados desde La Moneda. Condición necesaria pero insuficiente.

Exigiremos una Ley de Rentas Regionales, para que nuestro Presidente Regional tenga un presupuesto autónomo y no condicionado, que será, al menos, el doble del presupuesto regional actual. Muchos impuestos a actividades asentadas en las regiones se quedarán en ellas y no irán a tributar a Las Condes. Aumentaremos el royalty minero del 3,8% al 5% y destinaremos la mitad a un Fondo de Convergencia Regional, para que ninguna región esté bajo el 75% de la media de ingresos regionales. Las exenciones tributarias, que graciosamente otorgan los gobiernos, se reintegrarán totalmente a los respectivos municipios. Transferiremos servicios públicos, programas y recursos basales desde el nivel central a las regiones y comunas. Avanzaremos mucho más, principalmente en generar incentivos para vivir, emprender e invertir en regiones. Tenemos tiempo. El edificio del centralismo, construido durante doscientos años, requiere tiempo para ser demolido.

El gobierno se ha lucido. La Presidenta nombró la Comisión Asesora Presidencial y la empoderó. La Cámara de Diputados aprobó el protocolo de acuerdo con estas medidas. El Ministro del Interior les dio su venia. Su colega de Hacienda lo mismo. Esperamos que todas las autoridades públicas estén a la altura y se sumen oportunamente. Puede resultar complejo no subirse a tiempo a este tren.

¿En qué estamos hoy? Finalizando la primera fase de nuestra ofensiva pro equidad territorial. El 4, 5 y 6 de septiembre en Valparaíso votaremos los acuerdos finales para entregárselos a la Presidenta. Luego vendrá la segunda fase: implementar las propuestas. Al respecto hay dos alternativas: una, generar consensos y ejecutarlas, pero con plazos fatales y públicos; la otra, levantarnos con toda la fuerza y convicción que nos da ser el 60% de los chilenos y ser los dueños de los territorios donde se produce prácticamente todo el PIB del país. Preferimos la primera, pero no podemos descartar la segunda.

Santiaguinos: esto no es una revolución contra ustedes, al contrario, debe ser un proceso con ustedes. Pero la inequidad es tan obvia y absurda, que no resiste ningún análisis. Imaginen un país donde dé lo mismo donde se nace para tener las mismas oportunidades de vida. No podemos claudicar. Hemos logrado una circunstancia única en la historia de Chile que, si no se concreta hoy, no se logrará nunca.

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